jueves, 9 de junio de 2011

La Educación y los 400 Golpes

El 20 de Octubre del 2010 para la clase de Ética y Comunicación de la maestra Patricia Leguizamo escribí la siguiente reflexión frente a la educación y la película de los 400 Golpes. Hoy estoy en contacto con niños por azares del destino y a grandes rasgos mantengo esto que escribí aquellos días, espero les agrade:


¿Por qué no educar con la verdad, educar con la reflexión aunque involucre más trabajo? A lo largo de este semestre hemos estado hablando de la ética, del bien y del mal y de cómo estos conceptos afectan nuestras vidas y también a la sociedad en que vivimos. La película de los 400 golpes, toca puntos de reflexión que conciernen a la clase y nos da pie para discutir varios temas. El tema que a mí me llamo la atención, el más obvio pero también de los más complejos, no solo en la película sino en la sociedad misma, fue como vemos y conceptualizamos la educación.
La educación es base de cualquier sociedad porque es mediante ella que el sistema, la ideología, los modos y la ética se reproduce una y otra vez pasando de generación en generación adecuándose al contexto de la época, con pequeños cambios que a la larga son los que generan las grandes diferencias. Podemos empezar a criticar el sistema educativo que hay en nuestro país, pero me gustaría mejor enfatizar en nuestra primera instrucción ética: la educación que recibimos en casa. La película es un claro ejemplo de la desconfianza que depositamos en los niños; alguna vez discutimos en clase que la educación moral y ética que recibíamos en la infancia siempre tiene que ver con un condicionamiento: con castigos (como mandar al Rincón con orejas de burro) o premios (ser reconocido con una estrellita en la frente). Pero porqué no plantear una educación a base de la reflexión, es mucho más complicado que lanzar golpes y poner estrellitas, pero probablemente sea mucho más efectivo a largo plazo. Es complicado porque se debe poner el ejemplo y sobre todo confiar en los niños: lo que normalmente que creemos, o por lo menos decimos, que en nuestros niños está el futuro de nuestro país; si este es nuestro discurso deberíamos empezar a confiar en eso y actuar en consecuencia: no tratarlos como peligrosos delincuentes que dirán mentiras a la primera oportunidad, deberíamos por lo menos protegerlos con el beneficio de la duda.
En la película se muestra de manera muy interesante y creativa como un buen niño puede ser mal entendido porque no lo educan con el ejemplo y no lo escuchan, no le creen; él mismo dice ‘para que les digo la verdad si de todos modos no me van a creer’. Reflexionando un poco acerca de la escuela, la escuela no es, en principio, una mala experiencia, finalmente es cuando un niño descubre otro mundo, conoce gente nueva y aprende cosas; si un niño se queja de la escuela habría que escucharlo, no solo regañarlo y obligarlo a ir, quiere decir que existe un problema, ¿porqué el niño nos diría mentiras? Puede ser que se estén burlando de él los otros niños o el profe no lo esté tratando bien. Porque no preguntar que pasa y confiar en que el niño nos está diciendo la verdad.
Por otro lado los niños gozan de una inteligencia emocional que los adultos muchas veces ya perdimos: un niño sabe estar alegre y sabe amar a los que le rodean; cuando rompen sus límites se enojan; cuando tienen miedo se esconden y buscan refugio y cuando están tristes lloran. Si todos siguiéramos su ejemplo las cosas serian más sencillas; pero contrario a eso, nos empeñamos en transmitirles nuestro miedos y nuestras limitaciones, simplemente con el lenguaje: "no llores, no tienes porque enojarte, los niños no lloran, que fea te ves enojada, no se asuste, ¡aguante!". Cuando expresamos un sentimiento de niños nos limitan, cuando decimos la verdad no nos creen, finalmente los niños se rinden y empiezan a en encontrar sus formas de vivir o de medio vivir. Y así se pasa y se repite generación en generación. En la película finalmente el niño se rinde y huye y que fácil es para los papas renunciar a la responsabilidad y lavarse las manos del asunto e incluso echarle la culpa al pobre niño de todos sus problemas.
Otro punto importante a destacar de la educación que recibimos en nuestras casas es que nos enseñan que para valer tenemos que hacer/tener cosas, logros. Si no los tenemos o si nuestras acciones son malas automáticamente nos convertimos en malas personas. El niño de la película necesitaba que le reconocieran su trabajo para valer, sin ese reconocimiento, él no sentía que sus papas lo quisieran;  por eso es que lo necesitaba: al ser acusado de copiar, su acción lo hacía no valer por eso mejor decide huir y casi siempre nos educan así, con miedo y con culpa. No nos enseñan a diferenciar entre un mala acción y una mala persona ; una persona que comente una mala acción automáticamente se convierte en una mala persona y es como el protagonista de la película debido a una serie de confusiones y "malas " decisiones se convierte en un delincuente juvenil.
Sin lugar a dudas la educación es una de las maneras más reales de incidir en  la sociedad y poder lograr un cambio de verdad, sin embargo es de las más difíciles porque involucra mucho trabajo de parte de los adultos padres y maestros que primero tendrían que entrar en una dinámica de auto reflexión de ellos mismos para poder pretender ser catalizadores de reflexión. Buscando un poco de información sobre la educación me encontré las teorías de Paulo Freire que vienen muy al caso con el tema, este personaje tiene 20 máximas de la educación, recomendación para cualquier interesado.

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